SICOLOGIA COMO NOS AFECTAN LOS CUENTOS INFANTILES

En psicología, y sobre todo en el psicoanálisis, es común basarse en la mitología clásica para identificar ciertas patologías, conflictos psíquicos o estructuras de personalidad. En el caso de Freud, tenemos por ejemplo, el “complejo de Edipo” partiendo de la obra de Sófocles, o el término “narcisismo”, que tiene su origen en el mito griego. No podemos olvidarnos de la denominación “complejo de Electra” propuesto por Jung.

Sobre esta misma línea, han surgido curiosas denominaciones para distinguir determinados síndromes psicológicos, partiendo de que un síndrome es un cuadro conformado por una serie de síntomas o signos. Antes de describir los síndromes me gustaría aclarar que ninguno de ellos es reconocido para elaborar diagnósticos diferenciales, pues no son estructuras en sí. Además, no han sido estudiados en forma, a diferencia de otros síndromes como el del Burnout o síndrome del “quemado” (agotamiento emocional y despersonalización en el ámbito laboral), del cual se han realizado diferentes estudios y se han creado inventarios (pruebas psicométricas) como el de Maslach para medirlo.

  • Síndrome de Peter Pan: Este ha sido aceptado en la psicología popular desde la publicación de un libro en 1983 titulado The Peter Pan Syndrome: Men Who Have Never Grown Up (Síndrome de Peter Pan, el hombre que nunca creció), aún así existe evidencia que muestre que el síndrome de Peter Pan sea una enfermedad psicológica existente y no se encuentra listada en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Se caracteriza por la inmadurez en ciertos aspectos psicológicos, sociales, y por el acompañamiento de problemas sexuales. La personalidad masculina en cuestión es inmadura y narcisista.
    El sujeto crece, pero la representación internalizada de su yo es el paradigma de su infancia que se mantiene a lo largo del tiempo. De forma más abarcadora, según Kiley, las características de un “Peter-Pan” incluyen algunos rasgos de irresponsabilidad, rebeldía, cólera, narcisismo, dependencia, negación del envejecimiento, manipulación, y la creencia de que está más allá de las leyes de la sociedad y de las normas por ella establecidas. En ocasiones los que padecen este síndrome acaban siendo personajes solitarios. Con escasa capacidad de empatía o de apertura al mundo de los “grandes”, al no abrirse sentimentalmente, son vividos como individuos fríos o no predispuestos a darse, lo que vuelve como un “boomerang” a través de la no recepción de entregas o muestras ajenas de cariño. Algunos profesionales avanzando tal vez audazmente en sus diagnósticos los han denominado esquizo – afectivos. También se dice que este padecimiento se da por el no haber vivido una infancia normal, que hallan trabajado desde muy pequeños u otras razones mas. (disculpen por la imagen si les resulta una falta de respeto a algunos)

  • Síndrome de Peter Pan. Este síndrome refiere a los individuos que no quieren crecer. Están negados o impedidos a aceptar las responsabilidades que conlleva la madurez, y por tanto se rehúsan a tomar decisiones personales y profesionales, así como negados a ver por su independencia económica y menos por su independencia emocional. Presentan síntomas de ansiedad, son solitarios y tienen serios problemas en cuanto a relaciones interpersonales con personas de su edad. El nombre de este síndrome se insípida en aquel personaje que se negaba a dejar de ser un niño y a dejar de vivir en el mundo de "Nunca Jamás". Al igual que en el cuento, el elemento fantasioso se hace presente en aquellos que presentan este síndrome
  • Síndrome de Wendy: está basado en la necesidad absoluta de satisfacer al otro, principalmente a parejas poco convenientes o con hijos mal educados. Es más común en mujeres que en hombres.
    Se denomina miedo al rechazo, al abandono, a no sentirse querida, al deseo de complacer exageradamente a los demás, amistades, desconocidos y sobre todo una gran necesidad de aceptación y aprobación.
    Algunos síntomas más comunes de esta enfermedad son los siguientes (no necesariamente todos):
    *Sentirse imprescindible
    *Entender que el amor es sacrificio y resignación
    *Llorar todo el día
    *Evitar a toda costa que alguien se enfade
    *Intentar continuamente hacer feliz a los demás
    *Insistir en hacer las cosas por la otra persona
    *Pedir perdón por todo aquello que no ha hecho o que no ha sabido hacer
    *Necesidad de cuidar al prójimo
    *Convertirse en un progenitor o progenitora en la pareja
  • Síndrome de Wendy: Relacionado con el síndrome anterior y con el mismo referente literario, se observa en aquellos individuos (principalmente mujeres) que tienen una necesidad de satisfacer las necesidades del otro a como dé lugar. Se observa principalmente con hijos o parejas que presentan el síndrome de Peter Pan. Se construye bajo relaciones de codependencia y simbiosis materna (término no necesariamente aplicado sólo a los hijos, sino que el dependiente puede ser la pareja o alguna otra persona cercana). Se observa un instinto maternal exacerbado, patológico, que no necesariamente exige vínculo familiar para darse. A aquellos que son fanáticos de Los Simpsons, les resultará familiar el siguiente ejemplo: Seymour Skinner es el Peter Pan y Agnes Skinner, su madre, es Wendy.
  •  


     

     

    • Síndrome de Cenicienta: si sí, de Cenicienta la de los cuentos, no de Scarlett Johanson que aparece disfrazada de Cinderella, el objetivo de la víctima, en este caso mujer, y no es que los hombres no sueñen con la princesa ideal, pero digamos que es más común en las féminas el tratar de conseguir un príncipe azul que aparezca de la nada en un corcel blanco (yo cambio el corcel por un Challenger o un Mustang pero digo… hay gustos para todo jajaja) y veloz para alejarla de su atribulada vida para siempre. Pone toda su ilusión en encontrar un hombre lindo, simpático, adinerado y con una remera de T! que cumpla todas sus fantasías mágicamente.
      La idealización de ese “príncipe azul” siempre lleva por comparación a no encontrar una pareja que cumpla semejantes expectativas.
    • Síndrome del atracón: es un trastorno de la conducta alimentaria que se presenta con ataques compulsivos de bulimia. Comporta, en la mayoría de los casos, la existencia de aumento de peso e, incluso, de obesidad.
      El caso típico es el de una persona que siente periódicos deseos de ingerir alimentos de forma descontrolada (en ocasiones, sobrepasando la ingesta de 6000 calorías diarias), pero, a diferencia de la bulimia, no busca contrarrestar el atracón provocándose el vómito.
      Respecto a lo de la foto… pues yo creo que a la que realmente le falla la cabeza es a la madre de los chicos, es decir, acaso cuando les tuvo que comprar a los 8/10 años un pantalón talle 42 de adulto no se dio cuenta de que se le fue la mano con los almuerzos en Mc pato Donald??…O sea, vamos a lo que es, si tenes un nene/na, sin importar la edad, siempre y cuando seas vos la responsable de su "dieta" saludable, tenes que darte cuenta de que esta en sobrepeso y eso tiene muchos contras mas allá de que se lo confundan con el muñeco de Michelin…

      Síndrome de Frégoli: es un trastorno delirante que consiste en la creencia de que personas conocidas tienen otra identidad.
      Se caracteriza por que los pacientes se sienten perseguidos por una persona a la que creen ver en todas partes, por un individuo que es capaz de adquirir la apariencia de alguien conocido, el aspecto de personas de su entorno familiar cambiando la cara como si fuera un actor.
      Como todo delirio se trata de un sistema de creencias incoercible e inmodificable, que requiere de tratamiento psiquiátrico con medicación del grupo de los neurolépticos.
      Originalmente, aparece este cuadro psicopatológico recogido por Henri Ey en su «Tratado de Psiquiatría», en el apartado de los Delirios Crónicos Sistematizados, en el punto I: Delirios Pasionales y de Reivindicación (Masson, 1989, pag 452), y fue denominado así en recuerdo de Leopoldo Fregoli, actor italiano de principios del siglo XX que podía interpretar simultáneamente varios papeles en el teatro.
      Existen pocos estudios epidemiológicos, pero en la literatura médica no hay dudas acerca de su tendencia a la cronicidad y su mal pronóstico.
      Es un síntoma de falsa identificación que se ha descrito en el 23 – 50% de los pacientes con demencia.
    • Síndrome de la Bella Durmiente: Las mujeres que lo presentan son aquellas que están esperando a su príncipe azul eternamente, pero sabiendo que éste nunca llegará. En realidad se trata de una forma de histeria, en la que la persona busca responderse a sí misma la pregunta ¿qué es una mujer? y cuyo móvil es el deseo insatisfecho, manteniéndolo como inalcanzable para seguir deseándolo. La histérica en este caso desea a través del deseo del otro y por tanto forma parte de una triangulación fantasiosa. Su deseo simbolizado ("el príncipe azul") es inalcanzable porque es eso, un símbolo.

    Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente.

    Deja un comentario